Desprendimiento de dos almas de un solo bosque


Eme aquí caminando de nuevo por este bosque, oscuro en pleno medio día. Es curioso ver como cada rama llora en ausencia de sus ropajes de hojas verdes que avivan su vida. Da más miedo al ver como en menos de un parpadear el bosque cobra vida y muere en un santiamén. Es ver en carne propia la maldición de un demonio que ha venido a reprimir sus sentimientos y a estallarlos en ira.
Camino y camino sin encontrar horizonte, y mi alma y corazón me piden seguir, mas mi mente teme por mi vida y grita desesperadamente que escape de ello, pues no es capaz de entender ese va y ven bipolar que asecha mi cuerpo e intenta arrancarme mi piel a aruñados de cada rama desnuda que intenta sofocar mi esencia .
Es medio día dije, no hay ni una sola nube, y ni aún así los rayos del Sol quieren colarse entre las ramas secas, es como si pudieran ver aquello que mis emociones no, es como si tuvieran la misma visión que tiene mi mente, la misma visión de cada susurro que creo escuchar en mis oídos. Los susurros cambian, cambian con el bosque, y es de nuevo cuando veo brotar desde las raíces miles de hojas llenos de vida y absorber la luz del Sol como si no hubieran comido en años. Me intentan obligar cambiar de idea, ciegan mi mente y la hacen caer en su hechizo de bellos colores.
Continuo mi viaje, los susurros se sienten cálidos, con esperanza y me piden continuar, no sé si es una trampa o si es que al final todo se aclarará. No sé si el bosque decidirá al final si regalarme su verde esplendor o si terminará con mi vida consumiendo mi alma a través de sus raíces secas y negras, marchitas por un odio que el mismo no logró controlar.

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