Libro III: Epilogo, Parte II: Neblina Ártica


En la zona nordica se encontraba Zerge, un joven serio y aparentemente carente de emociones, su arma consite en una katana cupierta por un hielo plateado, capaz de controlar el agua a su alrededor. Lo acompañaba Gina, con una personalidad tan cálida como el amanecer del verano, su "arma" es un radar sensitivo capaz de detectar la presencia de seres vivientes y generar hondas de calor de altas temperaturas a corta distancia.

Estaban a unos kilómetros de llegar al pilar del tiempo, cuando de pronto una lluvia de estalactitas de hielo empezó a llover sobre ellos, Gina  inmediatamente uso sus hondas de calor a fin de derretir el hielo antes de que llegara a lastimarlos. Zerge se puso al frente, sin tan siquiera cambiar la expresión de su rostro, juntó sus palmas y las fue separando lentamente mientras que en medio de ellas se iba concentrando las partículas de agua que había en el ambiente y poco a poco se iba ensamblando su katana, mientras que una ventisca helada empezó a rozar sobre su cuerpo y finalmente toma posición de combate. Mientras tanto Gina estaba alarmada por la presencia que percibía frente a ellos.

Entre el pilar del tiempo y ellos se encontraba una cortina de viento, polvo y mucha nieve, de la cual se oyen ruidos tan fuertes como el caer de un relámpago, o el nacimiento de una tormenta. El piso empezaba a temblar como si el mismo tuviera miedo de lo que se acercaba. De la cortina se vio salir algo que parecía un cristal de proporciones amplias, como el tamaño de una motocicleta. De la cortina sale uno de los demonios élite, con cabeza de carnero, al igual que los demás, cubierto de un amplio pelaje azul oscuro, con cristales cubriendo gran parte de sus piernas, brazos, cabeza y torso, cual armadura.

Un parpadeo tomó para que la criatura apareciera frente Gina atinándole un golpe en seco y enviándola lejos, sin posibilidad de reacción. Zerge agitó su katana hacia arriba lo más rápido que pudo y muchos cristales de hielo sólido cubrían su cuerpo mientras millones de estalactitas salían disparadas hacia la bestia. En ese mismo instante, Blizzdr, el domonio elite, coloca sus palmas hacia adelante y alza a toda velocidad desviando las estalactitas al aire, luego baja su brazos provocando un cambio de dirección en el peligro helado y lo redirige hacia Zerge, el cual corre a toda velocidad y salta girando sobre el hielo convirtiéndolo en agua y este empieza adherirse a su arma haciéndola más grande y antes de caer al piso lanza un ataque frontal sobre la criatura creando un sonido agudo como si dos metales fueran los que se estuvieran golpeando en su lugar.

La batalla estaba siendo intensa, sin embargo quien tenía mayor fuerza era el demonio, y Zerge lentamente iba retrocediendo y quedándose sin fuerzas, hasta que una honda de fuego golpeó a Blizzdr, sin embargo el daño fue mínimo. El demonio nuevamente se movió a la velocidad del sonido y golpeó por detrás a Gina arrojándola a donde se encontraba Zerge, finalmente el élite reveló que el resto de sus compañeros ya se encontraba cada uno en los demás pilares del tiempo, y que la misión que habían planeado se había convertido en una suicida.








Comments

Popular posts from this blog

Corazón de cadenas, alma ingenua

Despierto en un sueño

Libro III: Epilogo, Parte I: Los pilares del tiempo