Vientos de Ceniza
Los días oscuros pasaron, mas no así la tormenta, aún quedan de esos vientos huracanados que de vez en cuando golpean a mi puerta, trayendo ceniza del último fénix que vivió en la antigua tierra de nunca jamás. Relámpagos de desolación surcaban los cielos, rugiendo de aquí y allá, liberando las últimas sombras que quedan de aquél caos, creando un paisaje gris y negro en cada rincón en el que moran. En cada danza de espada cuenta: – 35, 36, 36, 38…. – sombras que destruye y arden hasta volverse hojas de ceniza que pavimentan el camino. La luz está allá, en el norte, apenas y se divisa. Esta historia ya no tiene lienzos que la recuerden, ya no tiene cadenas que la anclen a la vida, su consumo está cerca, con cada reclamo del cielo, con cada cuenta que se va tornando negra, de aquel rosario que fue usado para crear la puerta a aquella tierra de ensueño, a aquella tierra que hoy se ha convertido en cenizas, atrapada en la oscuridad y olvidada poco a poco detrás de la muralla ...