Preludio del Epilogo, Libro III: Brillo Final


Ha pasado un año desde que se ideó en las dos posibles soluciones, el tiempo se agota, literalmente, todo empieza a detenerse y la vida exprime cada palpitar, para extenderse más y más a cada respiro de esperanza que hay de lograr un cambio.
Hubo un rayo de esperanza al encontrar a otro grupo de personas luchando de igual forma que nosotros, la posibilidad de ejecutar el plan de recrear las columnas de luz de la matriz se veía más esperanzado.

Se formaron seis parejas y cada uno iría al núcleo de cada pilar para recrearlo desde cero, sin embargo, en medio de la organización apareció uno de los miembros élite del ejercito de demonios, el de más bajo nivel para ser exactos. Doce miembros se lanzaron directo sin pensarlo haciendo un ataque en conjunto combinado mientras los demás guardaron distancia. El impacto provocó una ráfaga de luz incandescente seguido por una explosión de amplio calibre, cuando el humo se disipó la criatura se encontraba con las extremidades extendidas hacia los lados y en cada manos dos grandes hachas color azul zafiro, al mismo tiempo se encontraba en el suelo hincado apoyado sobre una pierna. De cada escombro, y de forma muy lenta, salía cada guerrero ya muy adoloridos por el impacto. Uno de ellos logró divisar que bajo el pie del demonio yacía uno de sus compañeros moribundo, hasta que fue cortado en dos por una de las hachas de la criatura. El resto se puso en posición de combate formando un círculo alrededor de su blanco, uno de ellos cambió la espada que tenía de forma y se convirtió en una gran bazooka, la cual tenía una faja gigante de municiones cual metralleta,el guerrero no dudó en dispararla y cada munición salía a una velocidad impresionante, el demonio lanzó una de sus hachas mientras que la otra había sido inutilizada por otro de los miembros del grupo utilizando una especie de cadena ninja. El arma demoniaca pasó entre dos miembros de la resistencia y esta explotó sin dejar rastro de ambos, y mientras todos quedaron estupefactos por lo ocurrido la bestia había recibido mucho daño debido a la bazooka y aún así fue capaz de utilizar su brazo para atraer al dueño de la cadena y aniquilarlo con su otra hacha. 

La desesperación entró en cada uno hasta que de repente cayó un trueno rojo gigante sobre el elite aniquilándolo por completo. Los guerreros voltearon rápidamente a ver a sus alrededores y el ataque había sido, ejecutado por los otros guerreros de forma unida, tal ataque es posible ser realizado por 6 personas a la vez pero su invocación requería mucho tiempo de espera y que cada uno se quede en el mismo lugar sin moverse.

Sin mirar atrás tomaron las provisiones y siguieron con lo planeado, deseando no toparse con ningún otro elite, pues si ese era el más débil de todos, probablemente no haya oportunidad para salir victoriosos contra ellos.



Comments

Popular posts from this blog

Corazón de cadenas, alma ingenua

Despierto en un sueño

Libro III: Epilogo, Parte I: Los pilares del tiempo